Adolescentes, olvidados por la sociedad
Miércoles 13 de enero de 2010, p. 33
Datos de la Organización Internacional del Trabajo revelan que en América Latina poco más de 20 millones de jóvenes no estudian ni trabajan. Las cifras en México oscilan entre 7 y 9 millones en esa situación.
Héctor Castillo Berthier, coordinador de la Unidad de Estudios de la Juventud del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, advirtió que en la ciudad de México habitan millón y medio de jóvenes, de los cuales la mitad no estudian ni trabajan (ninis).
El también director general del Centro de Artes y Cultura de El Circo Volador sostuvo que actualmente nada garantiza que un joven que cuenta con preparación académica y título profesional pueda ingresar al mercado laboral. Paralelamente, dijo, de cada 10 empleos que se generan en México, seis o siete son en el sector informal.
Aseguró que entre los jóvenes existe una especie de desencanto o desánimo, por lo que hay riesgo de que se sumen a las filas de la delincuencia organizada, aunque, aseguró, las cifras al respecto aún son muy bajas, pero sí debe ponerse atención. Destacó que recientemente, en Culiacán, Sinaloa, descubrió un grafiti que decía: Prefiero morir joven y rico que viejo y pobre.
Édgar Morín, académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y especialista en temas sobre los jóvenes, indicó que la familia y la escuela se hallan en crisis, la cual repercute entre los adolescentes.
En lo familiar, las figuras de autoridad van perdiendo cada vez más peso. Un padre que todo el tiempo ha estado en el desempleo o subempleo o que por el exceso de trabajo no atiende a sus hijos, ¿qué autoridad moral tiene para exigirles no vender droga o piratería?, mientras el estudio ya no es opción para el ascenso social.
Ante la falta de oportunidades, los jóvenes se ven obligados a conseguir dinero sin importar si la forma es legal. Lo delictivo comienza de alguna manera, entre comillas, a legitimarse, como manera de obtener ingresos rápidos, mas no fáciles. Va desde la economía informal o ilegal hasta la actividad criminal. Esto es el rostro más puro y duro del capitalismo mordaz: hacer dinero olvidándose de escrúpulos.
http://www.jornada.unam.mx/2010/01/13/index.php?section=sociedad&article=033n3soc
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