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Sobre el nombramiento de rector en la UNAM

Sobre el nombramiento de rector en la UNAM
Sobre el nombramiento de rector en la UNAM
Javier Flores
(Artículo de La Jornada, Martes 18 de octubre de 2011)
La Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha iniciado la consulta entre los universitarios para nombrar rector. La Ley Orgánica de esa institución establece, en su artículo noveno, que la persona designada para ocupar este puesto durará en su encargo cuatro años y podrá ser relecta una vez. Con base en lo anterior, el doctor José Narro Robles ha expresado su decisión de participar en este proceso con el fin de continuar al frente de esta casa de estudios por un periodo más.

La decisión es correcta. Cuando en algunos círculos se pensaba que el actual rector buscaría un puesto político, Narro desmiente de forma tajante esas especulaciones, con lo que define claramente su postura al buscar relegirse para un periodo que estará caracterizado por la complejidad de los procesos electorales y la inestabilidad política, ante lo cual la institución que actualmente representa requerirá de la máxima atención y cuidado.

El apoyo que ha recibido Narro en estos días de los universitarios es prácticamente unánime. Lo anterior constituye un dato importante, pues muestra que tanto la persona como las acciones realizadas cuentan con amplio respaldo de la comunidad universitaria. Durante su gestión, Narro ha desplegado una intensa actividad, que ha llevado a que la UNAM continúe siendo una de las instituciones de educación superior e investigación más importantes en el mundo, preservando sus esencia como una universidad de masas, con autonomía frente al poder político, laica y gratuita.

Además, la universidad ha mantenido su posición de vanguardia en la educación media superior, la licenciatura, el posgrado, la investigación científica y humanística, así como en las artes.

Hoy en la UNAM se cultivan con plena libertad todos los campos del conocimiento, desde la astronomía o la biomedicina hasta la historia o la filosofía. Hay áreas en las que, a nivel interno, se han realizado acciones de gran relevancia: en el bachillerato, por ejemplo, se han dignificado las instalaciones de los distintos planteles y se les ha dotado de equipos para sus aulas y laboratorios. En la licenciatura, por primera vez desde hace más de 40 años, se ha creado una nueva Escuela de Estudios Profesionales, que tiene como sede la ciudad de León, en Guanajuato.

En los primeros años del gobierno del licenciado Felipe Calderón, los proyectos de presupuesto enviados a la Cámara de Diputados se caracterizaron por fuertes reducciones a la educación superior y en particular a la UNAM.

Narro Robles ha realizado una incesante labor para corregir estos despropósitos. Ha contado para ello con la comprensión y el respaldo de la mayoría de los legisladores y de la sociedad, quienes ven en la UNAM uno de los más importantes recursos con los que cuenta México. Lo anterior llevó a desalentar la actitud del Ejecutivo en el trato hacia esta institución, y para 2011, tanto el presupuesto proyectado como el asignado, observaron una mejoría.

Un rasgo distintivo de la gestión de Narro Robles, respecto de las de sus antecesores –desde la rectoría del ingeniero Javier Barros Sierra–, ha sido su actitud ante los problemas nacionales. Los mexicanos vivimos tiempos particularmente difíciles, frente a los cuales la UNAM no puede permanecer ajena. Sin rebasar el la Ley Orgánica, que en su artículo primero establece entre los fines de la universidad: “…realizar investigaciones principalmente acerca de las condiciones y problemas nacionales”, los expertos de la Universidad Nacional, encabezados por su rector, han aportado sus conocimientos para enfrentar algunos de estos retos. Pongo dos ejemplos: ante los intentos de imponer una reforma energética, la UNAM elaboró propuestas encaminadas a preservar la soberanía de la nación sobre sus recursos petroleros y, al mismo tiempo, propuso desarrollar fuentes de energía renovable que ya forman parte del discurso de la mayoría de los políticos y sus partidos. También, ante el extraordinario nivel de violencia que hoy vive México, la UNAM, mediante sus especialistas, ha elaborado una propuesta sobre seguridad y justicia que ha sido expuesta ante representantes de los partidos políticos y de los poderes Legislativo y Ejecutivo.

Desde luego, esto ha traído una reacción de los opositores a estas iniciativas, quienes juzgan la labor del rector como “activismo político”. Estas objeciones se expresan, por ejemplo, por medio de varios intelectuales. Algunos son profesores en instituciones privadas y están asociados con miembros del gabinete de Calderón, en especial en la Secretaría de Educación Pública. En el tema de seguridad, carecen de autoridad moral, pues han avalado la guerra contra el narcotráfico, por lo que comparten la responsabilidad sobre los resultados de la misma. El apoyo que ha recibido y recibe Narro en el actual proceso para nombrar al rector es una clara respuesta de la comunidad universitaria a estas y otras críticas, que buscan impedir, sin éxito, la presencia de la UNAM en el estudio y la solución de los problemas del país.

Los próximos años serán muy complicados. Los universitarios deben permanecer unidos, y la UNAM deberá mantener, sin interrupciones, una intensa actividad en la docencia la investigación y la difusión de la ciencia y la cultura, en beneficio del país. Creo que esto puede lograrse con la conducción del doctor José Narro Robles.

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